Osteopatía Pediátrica Biodinámica

PEDIATRÍA Y OSTEOPATÍA CRANEOSACRAL BIODINÁMICA

El parto es un suceso de especial relevancia en la vida del ser humano y el modo en que se produce influye notablemente en las posteriores formas de ser, pensar y desarrollarse. Cuando de forma natural el bebé inicia el parto, se dan una serie de acontecimientos los cuales pueden dejar improntas una tensión excesiva o contracciones en su organismo.

Si la mamá se encuentra en un ambiente tranquilo, respetuoso, se siente confiada en ella misma y en su bebé, las contracciones y la dilatación se irán desarrollando de manera rítmica y armónica, al tiempo que la descarga de hormonas como la oxitocina y las endorfinas (las cuales nos ayudan a lidiar con el dolor) se irán dando a su debido tiempo. Pero si se dan situaciones alrededor del parto donde la madre conecte con un estado de alerta, ya sea por un padre nervioso, excesivo ruido o quizá lo más importante, conecte con patrones de experiencias de vida no resueltas tales como sentimientos de no valía, de no ser capaz de llevar a término las cosas, miedos…pueden ocasionar que el parto se pare o que se haga largo y dificultoso. En estos casos el bebé puede sufrir excesiva compresión en determinadas partes de su cuerpo, quedarse retenidos durante demasiado tiempo en una posición y eso conllevar un exceso de estrés en su sistema nervioso y tejidos, produciendo irritaciones subyacentes.

El parto por cesárea presenta el inconveniente de que no se activan ciertos sistemas necesarios para que el bebé comience correctamente a utilizar su autonomía.
Estar con un bebé que ha experimentado una situación difícil durante su nacimiento, (más aún en casos de fórceps, ventosas, vueltas de cordón, mal posicionamiento…) aún cuando la madre no sea consciente de ello debido a su propio proceso de parto, se hace más complicado tranquilizarlo y reconfortarlo. Y esta situación puede evocar sentimientos y reacciones de frustración, ansiedad, depresión, ira, culpabilidad, cansancio, etc. En una situación como ésta toda la familia necesita ayuda para entender lo que está ocurriendo y saber cómo comportarse para dar apoyo al recién nacido.

De manera natural, las tensiones producidas durante el parto suelen aliviarse en los siguientes diez días, gracias a acciones tan habituales como la succión, el llanto, los movimientos corporales, la propia respiración y por supuesto el amoroso vínculo entre madre-bebé.

Las dificultades natales no tratadas o resueltas puede comprometer la salud de tu bebé y afectar sus pautas de sueño, amamantamiento, sus estados emocionales, su llanto y su estado de bienestar general.

Algunas alteraciones que podemos observar producidas por tensiones no resueltas, pueden ser las causantes de:
• Cólicos del lactante
• Problemas para amamantar
• Dificultades en conciliar el sueño
• Llanto inconsolable
• Hipersensibilidad al acercamiento o contacto
• Deseo de no ser cogido en brazos
• Hiperactividad
• Dificultades para orientarse
• Se asusta fácilmente ante un sonido
• Estreñimiento
• Futuras maloclusiones
• etc.

Esta terapia establece un contacto extremadamente sutil y ligero en la cabecita del bebé. El terapeuta percibe los movimientos de los huesos y de los tejidos y facilita reajustes en órganos, membranas y huesos, recuperando el equilibrio del organismo.

Personalmente y tras llevar 23 años de experiencia trabajando con bebés y adultos, me es muy grato ver a bebés que llegan a la consulta con tensiones y llantos inconsolables, irse tranquilos y relajados. También el poder acompañar a las mamás y papás ya que muchas veces todos en la familia sufren por no entender qué está ocurriendo y saber cómo comportarse para dar apoyo al recién nacido. 

Los bebés tienen gran capacidad para recuperarse y en pocas sesiones se resuelven sus síntomas.

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