Expansión de la Conciencia

Para que la salud pueda emerger

En el centro hacemos hincapié en la responsabilidad individual respecto a la salud, y proporcionamos nuevos métodos potenciadores de la vida en lugar de limitarnos a “reparar” a la gente.

Si uno es diagnosticado o etiquetado con una enfermedad o sintomatología, y no sabes que tienes una elección, te apegas a esa creencia limitando tu realidad. Sólo cuando te ofrecemos otra posibilidad y tú la acepta, tu cuerpo-mente responde a la nueva posibilidad.

Einstein afirmó que no se puede resolver un problema en el mismo nivel de pensamiento que lo creó. Del mismo modo no podemos cambiar una realidad si seguimos en el mismo nivel de conciencia que lo creó.

El enfoque de nuestro trabajo es ofrecer la oportunidad para que se produzca una expansión de conciencia en el momento presente y la salud pueda emerger.

Debes tener en cuenta que lo que te ha traído hasta aquí, “el síntoma o la enfermedad”, no apareció ayer, sino que son años de experiencia de vida no digerida que pueden empezar a aparecer desde el momento de la concepción. Sería ilusorio pretender resolver tus molestias en unas cuantas sesiones. El trabajo es tan profundo que puede que no percibas los cambios a un nivel superficial o más físico en un principio, el cambio se produce de dentro a fuera. Te pedimos que confíes en el trabajo y el proceso de sanación aflorará de esa confianza.

La Quietud no es algo que hagamos, es ser, ser en el centro de quienes somos realmente; es algo que compartimos con el universo mismo. Este lugar de Quietud en el centro es dinámico. “En el punto de quietud del mundo que gira… ahí esta el baile “

T.S. Elliot.

Nuestra declaración es la siguiente: la quietud no está sujeta al ego. No es posible trabajar en la quietud desde el nivel del ego. Trabajar en la quietud es trabajar en relación con otro sin conciencia de tuyo o mío. Trabajamos desde el ser que común a todos nosotros, es lo que encarna en nosotros en el momento de la concepción y lo que da vida al código genético. El breve momento de quietud antes de que empiece la explosión de la célula, es el centro del mundo girante que describe T.S. Elliot.

Tocar esta experiencia es renacer en el presente. Lo que intentamos hacer, en práctica compartida con otro, es entrar en un estado que está por debajo de o que es anterior al nivel en que la enfermedad viene al ser. Un lugar de Quietud o intención original, aún no expresada, donde existe la elección, mediante el recuerdo de esa intención original, de no ser víctimas de experiencias de vida no digeridas que nos restan fuerza y capacidad.

Lo que se requiere del terapeuta es una renuncia al saber, que es limitado, y una entrada en la inseguridad del desconocimiento, que conlleva un potencial infinito.

Tocar ese lugar que es común, es tocar un nivel de ser que precede al descenso a lo particular, abriendo así la posibilidad de que se produzca esa venida a lo particular y personal, teniendo la posibilidad de otro camino, modificándose así mismo. Recordando su impronta original, por así decirlo. Un renacimiento en el presente constante. Todos tenemos un “como estamos diseñados para ser”, una forma evolutiva momento a momento, que a lo largo de nuestro desarrollo se ha modificado en función de la acumulación de experiencias no-digeridas que llevamos con nosotros. Estas están tan cristalizadas, tan atrincheradas, que ahora creemos que eso es lo que somos. Esto no es lo que somos en verdad, sino una expresión de lo que hemos hecho y de lo se nos ha hecho.

Todos nos sentimos separados de nuestro verdadero ser por todo este material que ya no está presente en sentido real, sino que es una huella del ayer.

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