Pinceladas sobre el curso “La Bendición de la Inseguridad”
Fechas | Lugar |
Del 17 al 22 de Abril de 2011 | Valencia |
Este curso va dirigido a todo el mundo, artistas, amas de casa, terapeutas… no hay información que aprender, este curso no tiene que ver con adquirir, ya tenemos adquirido bastantes conocimientos en nuestras vidas. Esta práctica conjunta tiene que ver más con Ser plenamente quienes somos aquí y ahora. Se trata de recuperar la esencia de quien soy. Es un viaje infinito, porque quienes somos en realidad es infinito. Restringimos de algún modo esta infinitud, poniendo etiquetas, soy esto, soy eso, aquello…Pero de hecho soy muchísimo más grande que eso. No hay nada de malo en continuar aprendiendo nuevas habilidades, nuevas técnicas, pero estas habilidades estas técnicas no son lo que somos. En realidad sólo deberían ser un modo de expresar quien somos. Sería interesante que la aplicación de dichas habilidades se realice desde un lugar más profundo, cada vez más cerca de quien realmente somos.
Cuando nos encontramos con el ser de otra persona a nivel profundo, a veces nos sentimos inadecuados, queremos desconectar. A menudo debido a la dificultad de estar con el dolor de otra persona y no saber qué hacer, ofrecemos consejo, cuando lo único que la otra persona necesita es que su dolor sea escuchado. Nos resulta muy difícil limitarnos a permanecer sentados con la conciencia abierta y sin tratar de mejorar su situación. Y, sin embargo, si realmente analizamos esto, la mayor parte del tiempo lo que en realidad queremos es aliviar el dolor que surge en nosotros cuando escuchamos la historia.
Trabajaremos esta dificultad.
¿Cómo puedo conocer cómo se vive y siente otro ser? Puedo ser consciente de las resonancias. Entonces surge el pensamiento de que no soy suficientemente bueno. Necesito estudiar más, probablemente ir a hacer otro curso. ¿Se os ha ocurrido alguna vez este pensamiento? Una y otra vez oigo hablar a gente que se ha puesto bien con homeopatía, hierbas chinas, reiki, terapia de cristales… Quizá debería ponerme a estudiar eso y añadir algunas cuerdas más a mi arco, y entonces tal vez me sentiría un poco más confiado. Tal vez…, pero a mí esto me suena como un pozo sin fondo. ¡No se puede encontrar seguridad en el conocer a menos que conozcamos todas las cosas! Hay un pensamiento que quiero añadir a esto…
Todo conocimiento es, por definición, una limitación.
Un buen trabajo profundo se hace en sinergia. Si seguimos necesitando saber lo que el paciente necesita, entonces lo que él obtenga estará limitado por nuestro conocimiento. Si de algún modo podemos apartarnos de en medio y descansar en la quietud, entonces hay sitio para toda la historia, y la inteligencia misma, en la que podemos aprender a confiar, hace el trabajo. No debemos confundir nuestros intelectos, que son limitados, con la inteligencia, que es infinita.
A medida que avanza la semana hablaremos de la quietud, de la inteligencia y de cómo quitarnos de en medio.
Hablaremos de Ser y hablaremos de No-hacer, y veremos que no-hacer no es estar ociosos o desconectados, sino en un estado de conciencia profundamente enfocada, aunque sin intención.
El propósito del trabajo es, hacer que el paciente me revele, y a través de mí se revele a sí mismo, quién es en realidad, y seguidamente que vuelva a ese estado. No creo que mi trabajo sea el de decir al paciente cómo debería ser.
Ciertamente es un camino que abre posibilidades que están más allá de aquellas a las que mi intelecto podría llevarme.
Todo lo anterior conduce al audaz pensamiento de que si conocer y hacer no son suficientes, entonces, ¿qué más hay? y la respuesta que sugiero es Ser.
Confía en la Marea, o diciéndolo de otro modo, confía en la Inteligencia, no en el intelecto.
Con Carles Compañ