La Osteopatía Cráneosacral Biodinámica se destaca por ser uno de los métodos en los que el cuerpo cumple un rol “participativo”
La Osteopatía Cráneosacral Biodinámica se destaca por ser uno de los métodos en los que el cuerpo cumple un rol “participativo”, en lugar de ser sometido a tratamientos invasivos.
Esta terapia que consiste en aplicar una leve presión con las manos, pone en funcionamiento los procesos naturales de curación del cuerpo. Con sus técnicas manuales la Osteopatía intenta recuperar los movimientos que se han perdido. Su objetivo es evitar las enfermedades.
La Osteopatía Craneosacral Biodinámica se entiende como una medicina integral porque contempla al cuerpo como una unidad funcional. En esto se diferencia la Osteopatía de la medicina académica. Donde el médico “disgrega” al paciente en áreas individuales, la Osteopatía integra cada una de las afecciones en un cuadro global; donde se tratan enfermedades aisladas, la Osteopatía trata al conjunto de la persona; donde el paciente se tiene que adaptar a un concepto reglado de tratamiento, la Osteopatía decide ese tratamiento dependiendo de las características individuales de cada paciente.
El Sistema Cráneosacral tiene la función vital de mantener el medio en el que funciona el Sistema Nervioso Central. Lo conforman las membranas meníngeas y huesos a los que éstas se insertan y el líquido cefalorraquídeo que rodea y protege el cerebro y la médula espinal: incluyendo el cráneo (bóveda, cara y boca) y el sacro. Dado que el cerebro y la médula espinal están dentro del Sistema Nervioso Central, es fácil comprobar que el Sistema Craneosacral posee una marcada influencia sobre gran variedad de funciones corporales.
A nadie le parece extraño poder palpar el ritmo cardíaco en cualquier parte del cuerpo, se entiende que el corazón con su bombeo de la sangre transmite ese pulso. Ahora imagine que dentro de nuestro cabeza hay también «una especie de corazón» que produce y bombea el líquido cefalorraquídeo; eso es el ritmo cráneosacral, una pulsación mucho más lenta y diferente al ritmo cardiaco y al respiratorio y que es posible sentirlo en cualquier parte del cuerpo, pero sobretodo en cráneo, columna y sacro.
Con un leve contacto un terapeuta entrenado puede percibir las pulsaciones del sistema Cráneosacral trasmitido a todo el cuerpo a través del Sistema Fascial, constituido por tejido conectivo siendo capaz de localizar sus restricciones y se ayuda del ritmo cráneosacral para la evaluación y el tratamiento. Como cada órgano, cada músculo, cada vaso etc. está envuelto por esta Fascia, una restricción en la misma puede alterar la estructura del cuerpo y afectar su función.
El trabajo terapéutico consiste en ayudar al paciente a re-establecer el flujo normal de movimiento mediante la atenuación o desaparición de esas resistencias. Mediante este método, el terapeuta en lugar de actuar sobre el cuerpo para modificar esta situación, sigue las señales del mismo que le indican cómo proceder. Adoptando este tipo de abordaje, el método resulta muy seguro y eficaz.
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