La Inteligencia en el Cuerpo
La sabiduría tradicional tiende a localizar el centro de inteligencia en el cerebro. Mucho antes de que nuestro intelecto se forme, una inteligencia está trabajando para crear y formar las estructuras que pueden dar lugar a nuestros procesos de pensamiento y otras funciones. El desarrollo embriológico sigue un diseño tan inteligente y sofisticado que ningún cerebro humano ha podido recrear. Esta tarea pertenece a la sabiduría del cuerpo. El hecho de que el cerebro se presente fuera de tal proceso determinado, implica que éste es producto de una inteligencia más profunda, no una inteligencia externa o más elevada, sino de una inteligencia más profunda. Es esta inteligencia la que determina la matriz original alrededor de la cual nuestro cuerpo organiza y funciona a lo largo de nuestras vidas.
Vivimos en una cultura que ha separado el cerebro inteligente de la inteligencia más profunda implícita dentro del cuerpo. Nos olvidamos de escuchar al cuerpo. La aparición de dolor y enfermedad no es aleatoria, sino que es una expresión de la inteligencia del cuerpo, advirtiéndonos de que necesitamos hacer cambios. Pero, muchas veces, silenciamos el cuerpo suprimiendo los síntomas. Ésta es una trampa en la que muchos Terapeutas Complementarios también caen. Así pues, vemos algunos artículos con títulos como esta o esa terapia cura esta o esa enfermedad.
Igualmente nos olvidamos de escuchar cuando el cuerpo nos dice que la vida es buena, mirando en cambio por las comodidades del consumidor y por los símbolos externos de status social para tranquilizarnos. Ninguno de éstos puede reemplazar la sensación de irradiar bienestar y vitalidad inherente a nuestra salud. Cuando nosotros estamos encarnados de verdad y sintonizados con nuestra matriz original, la inteligencia no es sólo una serie de pensamientos, sino que puede sentirse como olas de excitación que iluminan nuestros tejidos para dar lugar a pensamientos en lugar de dictarse por ellos.
La inteligencia que nos forma continúa informándonos a lo largo de la vida. Todo lo que tenemos que hacer es escuchar. La Terapia Craneosacral Biodinámica es un proceso de escucha profunda. Cuando los tejidos ocupan la matriz original de nuevo, puede parecer como alquimia. Las cosas se transforman. A veces los síntomas desaparecen ya que el cuerpo deja de expresarse así. Otras veces, los síntomas permanecen, pero la relación del paciente con ellos cambia; el síntoma ya no es más el centro de atención, ya que pertenece a un contexto más amplio en el cual la vida se siente más llena y más satisfecha. A veces nada cambia. Quizás el paciente no quiere pararse a escuchar o quizás es demasiado abrumador oír. La decisión no es nuestra. Animando al cuerpo a hacer explícito lo que está implícito en su formación, nosotros ofrecemos posibilidades, no dictadas soluciones.